ANA MARÍA SEGHESSO
PATAGONIA – ARAUCANOS
Población de Chile y del sur de Argentina; conserva una tradición según la cual en un tiempo hubo un diluvio al que escaparon pocos aborígenes, refugiándose en la cumbre de una montaña llamada Thegtheg, o "Tronador", que tenía tres cimas y poseía la cualidad de flotar en el agua.
Ejemplos parecidos se conocen en Colombia, con los indios Chibcha y en Brasil, donde los indios Tupinambo veneraban un grupo de héroes civilizadores o creadores.
El principal se llamaba Monan (Viejo), quien había creado la humanidad pero luego la había destruido con un cataclismo de fuego.
En la Tierra del Fuego una leyenda yámana cuenta que
"La mujer Luna causó el diluvio porque estaba llena de odio hacia los seres humanos. En esa devastación se ahogaron todos, excepto quienes escaparon sobre las cinco cumbres que el agua no sumergió". (1)
Otra tribu de la Tierra del Fuego, los Pehuenches, asocia el diluvio a un largo período de oscuridad,
"El sol y la Luna cayeron del cielo y el mundo quedó así, sin luz, por mucho tiempo, hasta que dos cóndores gigantescos colocaron otra vez el sol y la luna en el cielo."
ORÍGENES
La historia del pueblo mapuche del sur de Chile y Argentina se remonta como cultura arqueológica al 600-500 a. C. La sociedad mapuche tuvo grandes transformaciones luego del contacto con los españoles a mediados del siglo XVI.
Estos cambios incluyeron la adopción de cultivos y animales del Viejo Mundo y el inicio de un rico comercio hispano-mapuche en La Frontera y Valdivia.
A pesar de estos contactos, los mapuches nunca fueron completamente subyugados por el imperio español. Entre los siglos XVIII y XIX, la cultura y el pueblo mapuche se extendieron al este hacia las llanuras de la pampa y la Patagonia.
Este vasto nuevo territorio permitió a los grupos mapuche controlar una parte sustancial del comercio de sal y ganado en el Cono Sur.
(1) En todo el mundo se conocen más de quinientas leyendas de diluvios y en una panorámica de ochentaiséis de éstas (veintiséis asiáticas, tres europeas, siete africanas, cuarentaiséis americanas y diez australianas y del Pacífico sur) el experto investigador Richard Andree, (matemático estadounidense y científico de la computación) llegó a la conclusión que sesentaidós eran completamente independientes, sea del relato mesopotámico, sea bíblico.