ANA MARIA SEGHESSO
29 de octubre de 1929 - Martes negro
Los economistas lo consideran como el día más devastador en la Historia de
la Bolsa.
El lunes 21, con el inicio de la semana comienza la
crisis; el jueves 24 de octubre aumentan las pérdidas, el viernes se tiene conciencia
que la situación es incontrolable.
Las evidencias de la Crisis son
visibles en la comparación de los 2 gráficos astrológicos.
Fig.1
Fig. 2
Confrontando el aspecto del primer gráfico, que reproduce el cielo del 11 de enero de 1842, con el del Martes Negro de 1929, saltan a la vista
la acumulación de Aspectos Difíciles, que en Astrología se manifiestan en Cuadraturas y Oposiciones.
Estos aspectos difíciles ponen a prueba una situación precaria, de por sí
muy complicada de solucionar.
Considerando la situación astrológica de esas jornadas, el 21 Plutón [1] comienza
su retrogradación en el signo de Cáncer.
Según la Tradición astrológica, la retrogradación en planetas
disonantes, suele provocar influencias desfavorables.
Plutón es un planeta lentísimo en su movimiento de traslación; tiene una
órbita muy excéntrica y cumple su giro de traslación en 248 años. La lentitud
de un planeta está en directa relación con los efectos que libera. De acuerdo
con este principio las consecuencias que provoca son las más potentes del zodíaco.
Es, además, el planeta regente del signo de Escorpio, desarrollando sus efectos más espectaculares en los llamados signos cardinales – Aries - Cáncer – Libra – Capricornio.
Representa al poder oculto, los bancos, las aseguraciones,
las especulaciones financieras, el gran capital, las riquezas secretas, el
crimen, la muerte.
Plutón gobierna Casa VIII [2] en la
Gran Conjunción de 1842 (fig.1). En octubre de 1929 se encuentra en Cáncer, transitando
en oposición a Sol, Luna y Mercurio
de la Conjunción Mayor (21° Capricornio
- 20 ° Cáncer), y en cuadratura a sí mismo, (fig. 2).
El día 24 la Luna transita sobre Plutón. Sol y Marte transitan en Escorpio.
El otro planeta lento que contribuye a la catástrofe, es Urano. Su período
de traslación alrededor del Sol, es de 84 años y pertenece a la categoría de
planetas lentos, junto a Neptuno - 164 años para girar el zodíaco - y Saturno, 30
años aproximadamente.
Urano libera efectos explosivos, obedece al principio de ruptura de
equilibrios existentes, de eliminación de lo inútil, cambios imprevistos,
novedades espectaculares. Cuando se encuentra en situaciones de conflicto
destruye para contrarrestar la inercia que se ha instalado en un sistema.
En 1929 Urano transita en Aries (8°), signo cardinal como ya
señalado, que simboliza fuerza, agresividad y poca disposición a la reflexión y
al compromiso. La posición de Urano es de tensión – cuadratura – con la conjunción Júpiter-Saturno de 1842, en
6° y 7° de Capricornio y 8° de Venus.
Esta configuración podría definirse
como una especie de chispa que enciende la mecha.
El planeta Neptuno por su parte, en su aspecto negativo, manifiesta una
exagerada indulgencia ante errores incuestionables, apatía, tendencia al
fraude, a la indecisión, a la falta de sentido práctico.
El 29-10-1929, Neptuno[3], desde
el signo de Virgo, que representa el trabajo,
origina una acción negativa que durará muchos años, inaugurando un
período de pobreza y carestía.
[1] Percival
Lowell fue su descubridor, en 1930. Fue llamado Plutón en referencia al dios
romano del inframundo.
[2]
La Casa VIII inicia en el signo de Escorpio.
[3]
El domicilio de Neptuno se encuentra
en Piscis, el signo opuesto a Virgo; Neptuno pues está en “exilio” y en
contraste con Marte de 1842.