ANA MARIA SEGHESSO
Turbulencia y orden
Quentin Massys, 1514
A menos de cuatro años del comienzo oficial del Ciclo de Aire, previsto para diciembre 2020 según el ciclo de Júpiter y Saturno, la economía global parece marchar en un clima menos turbulento.
El
2016 fue iniciado en Europa con aprensión por una recesión[1] económica en los EEUU,
además de una inquietud creciente por la estabilidad y solidez de la economía china.
Los
mercados accionarios reaccionaron a estas temores con una neta desconfianza.
No
obstante, en el primer semestre se manifestó un reacción positiva en los países
industrializados y un creciente equilibrio de la economía china gracias al
resuelto impulso estatal.
También
los países emergentes, dependientes del comercio internacional, alcanzaron un
cierto equilibrio.
Como
consecuencia de la débil coyuntura del primer semestre 2016, la FED se ha
mantenido muy cauta en las tasas del interés, que han quedado en sus valores
bajos por casi todo el año 2016.[2]
La
sorpresa del voto inglés a favor de la salida de la Unión europea, agudizó la prevención
por temor a una caída coyuntural.
El
Brexit, o salida del Reino Unido de la Unión europea, fue un acontecimiento
inesperado, que aumentó el temor de los inversores, por las consecuencias
inmediatas, pero sus efectos fueron bien metabolizadas, a punto tal que
otros países podrían imitarlo.
La
Revolución anual de Europa y la correspondiente al Solsticio de junio, presentan
indicios de la inminente separación, con Mercurio en conflicto con Saturno,
Júpiter y Neptuno.
Las tasa bajas han favorecido las acciones estadounidenses y de países emergentes, así como las obligaciones con riesgos mayores, que han registrado un importante crecimiento.
Contrariamente
en Europa, los mercados han sufrido por las tasas bajas.
En
cuanto al 2017, según las progresiones en el gráfico de la Bolsa y las
respectivas Revoluciones anuales en EEUU y Europa, podemos conjeturar que al
menos en la primera parte del año seguirá la relativa estabilidad de la
coyuntura económica mundial, que parece encaminarse a una lenta recuperación.
Una mejoría es probable, en parte por una mayor circulación del dinero proveniente de las familias, en virtud del aumento de la ocupación y en parte por la disminución, o adecuación de los precios a las restricciones de la crisis.
Según economistas americanos, a causa de una solidez considerable en la economía y de la inflación, que se está acelerando, se podría alcanzar la meta de la Fed del 2% en el 2017 o 2018. Esto provocaría 2 o 3 intervenciones de las tasas de interés, de leve entidad.
En Europa es posible prever el mismo escenario, el crecimiento vuelve a ser positivo, y es factible un rendimiento accionario moderado, como consecuencia de un alza de las tasas de interés.
El mejoramiento general
será modesto, las bolsas ofrecerán rendimientos muy reducidos, exceptuando las
obligaciones de elevado riesgo, que pueden dar beneficios adicionales.
Las bases económicas son de un discreto optimismo, pero con importantes riesgos de tipo político.
La política mundial está en una fase de
grandes cambios, sea en EEUU con el nuevo presidente que entra en la Casa
Blanca, como en Europa.
En el Viejo continente, las próximas
elecciones de Holanda, Alemania y Francia, producirán un año complicado, con el
riesgo de fragmentación de la UE, si los movimientos nacionalistas entrarán en
gobierno.
Muchos países, miembros de la UE, prefieren en muchos casos, seguir los intereses propios antes que la solidaridad que se habían propuesto. El refrán “La caridad bien entendida empieza por casa” parece muy presente en los electores europeos.
Situación que el nuevo Ciclo de Aire,
que está por comenzar, podría incrementar en los primeros años de su apertura.
La situación geopolítica es sumamente incierta, en Medio Oriente como en Ucrania y en zonas de conflicto asiáticas, generando riesgos que seguramente influenciarán en medida determinante el crecimiento de la economía y de los mercados financieros.
ANÁLISIS
ASTROLÓGICO
Finaliza el Ciclo de Tierra comenzado
en 1842.
En la figura de la Conjunción Mayor
europea, Plutón es el eje de la balanza, con sus características de muerte y
transfiguración.
El planeta actualmente transita la
casa VI de la Conjunción Mayor de Europa, en conjunción con Mercurio y a punto
de unirse a Sol-Luna, en cuadratura a Plutón natal y sextil a Urano, en casa IX
natal.
El Sol y Urano forman el eje
económico, casa II, los recursos y la Bolsa; casa VIII, bancos, reservas
nacionales. Los buenos aspectos favorecen el período de relativa calma.
Urano en la carta natal representa
los proyectos para el futuro, el estado laico, la tecnología, y se encuentra en
sextil con la casa VI, indicando el sector del trabajo, los sindicatos, la policía
y el ejército, la industria farmacéutica, la esfera de la salud en general.
El aspecto armónico respalda las
previsiones moderadamente optimistas de trabajo y buenos negocios.
Sin embargo, la actual cuadratura de
Plutón en tránsito, entre casas VI y X, evidencia un conflicto entre poderes
ocultos que no revelan sus verdaderos propósitos.
La casa X simboliza el poder político.
La cuadratura Plutón-Plutón[1]
alude a conflictos políticos en acto o que están por manifestarse.
Urano de tránsito se encuentra en
conjunción con Plutón natal, en el signo de Aries en casa X.
Es un Urano
impaciente por actuar, parece no tener límites a lo que puede concebir en
términos de innovación y libertad.
Los malos aspectos de Plutón
transitando Capricornio, con la conjunción Urano-Plutón en Aries, ocasionarán
conflictos sociales de notable magnitud si su energía no es dominada.
Saturno de tránsito contrarresta
desde Sagitario, interviniendo con un trígono, que debería canalizar la
energía.
Plutón es un planeta que expresa la
voluntad de potencia, condensando todos los instintos sin reglas que lo
determinan.
Posee además una energía formidable, que obliga a realizar el
destino en conformidad a las tendencias profundas.
Es un justiciero que puede castigar o
recompensar, si se lo comprende y se asimilan sus fuerzas secretas. “Energías
primitivas que se deben domesticar para evitar ser devorados por ellas”, según
A.Barbault.
En octubre 2017 Júpiter entrará en
Escorpio y Saturno en diciembre lo hará en Capricornio, reforzando el sector
del trabajo y de la economía.
Saturno en sus tránsitos obliga a
estructurar una situación, es el esqueleto óseo, frenando el impulso de Urano, dominando
su brío. Su tránsito es la muerte de algo o de alguien.
En su aspecto negativo
significa frustración, en su aspecto positivo, despojarse del exceso para
acceder a un nivel superior. Saturno es ambición y voluntad para alcanzar un
objetivo.
Es el planeta del destino final de
este Ciclo de tierra, que exige el esfuerzo de una toma de conciencia colectiva,
que se desplegará en el Ciclo de Aire de 2020.