ANA MARÍA SEGHESSO
Según estudios científicos, el último Período Glaciar se inició hace 115.000 años; desde entonces la capa de hielo avanzó y se retiró en varias ocasiones, logrando el ritmo de acumulación más rápida entre 60.000 y 17.000 años a. C., culminando con la máxima extensión en el -15.000.
En el -13.000 sin embargo, millones de kilómetros de hielo se disolvieron por motivos que no han encontrado respuestas satisfactorias, hasta que en el 8.000 a. C. los hielos se habían casi retirado por completo.
El Período Glaciar fue un fenómeno mundial que afectó tanto el hemisferio Norte como el Sur. La aparición del homo sapiens sapiens, coincidió con un largo período de inestabilidad geológica y climática, marcado por hielos e inundaciones.
El prolongado período en que los hielos se extendían por la Tierra debe haber sido difícil para nuestros antepasados, pero la fase de fusión de los hielos, sobre todo los episodios de disolución rápida y extendida, deben haber sido aún peores.
Según Darwin en su Diario, en el Nuevo Mundo más de 70 especies de grandes mamíferos se extinguieron entre el -15.000 y el -8.000 a. C., comportando la pérdida violenta de más de cuarenta millones de animales que tuvo lugar entre el - 11.000 y -9.000 a. C.
La rapidez con que se verificó el evento lo revela, en Rusia, el alimento que los animales estaban comiendo.
Los mamuts allí encontrados, murieron improvisamente y fue tan rápido todo que la vegetación masticada, no había sido asimilada, hierbas, semillas, frutos salvajes fueron encontrados en sus estómagos y bocas, en estado no digerido.
Tal vegetación no existe actualmente en Siberia, lo que lleva a suponer que aquella región tenía un clima templado y fértil, que luego se transformó en clima frío.
En concomitancia con las extinciones en masa de los animales se verificaron erupciones volcánicas imponentes, difundiendo en la atmósfera grandes cantidades de anhídrido carbónico, que ocasionaron a su vez, un aumento general de la temperatura.
Muchos científicos atribuyen las sucesivas avanzadas y retiradas de los hielos, al sucederse de los fenómenos volcánicos y el consecuente cambio de clima.
Antes del inicio del gran deshielo, la mayor parte de Europa estaba bajo una capa espesa tres kilómetros y los mares y océanos de entonces eran más bajos de cerca ciento noventa metros respecto a la actualidad.
La capa de hielo que había demorado alrededor de cuarenta mil años en formarse, desapareció casi del todo en dos mil años.
El efecto más llamativo fue el aumento del nivel del mar, probablemente de más de cien metros, desapareciendo grandes porciones de tierra y de islas.
Los Mitos de diluvio de todas las partes del mundo describen escenas de seres humanos y animales que huyen del mar que crece y se refugian en las cimas de las montañas. (1)
Los restos fósiles confirman que realmente esto sucedió en el período de deshielo, como en las montañas de Francia central (Mont Genay, en Borgoña), donde existe una aglomeración de restos óseos despedazados de mamuts, renos, caballos y otros animales.
Estas teorías, llamadas "catastrofistas", sostienen que el cambio de la corteza terrestre ha sido provocado de manera improvisa por un cataclismo.
Por el contrario la doctrina "actualista", defendida por parte de geólogos contemporáneos, afirma que los procesos existentes por obra de la civilización industrial y las relaciones del hombre con la naturaleza, son suficientes para explicar todos los cambios ambientales que inciden en el planeta tierra.
Las referencias históricas a experiencias humanas precedentes a la invención de la Escritura y que se remontan a unos 5000 años, han sido prácticamente eliminados y el Mito es considerado sinónimo de ficción, de fantasía o de quimera.
Sin embargo, las destrucciones cíclicas, periódicas y totales de la humanidad mencionadas por filósofos, escritores y científicos de todos los periodos históricos, son un válido testimonio para tener en cuenta.
Cataclismos y devastaciones se han documentado muchas veces en el pasado, según leyendas y también evidencias.
Es probable que también se verificarán en futuro.
(1) En todo el mundo se conocen más de quinientas leyendas de diluvios y en una panorámica de ochentaiséis de éstas (veintiséis asiáticas, tres europeas, siete africanas, cuarentaiséis americanas y diez australianas y del Pacífico sur) el experto investigador Richard Andree, (matemático estadounidense y científico de la computación) llegó a la conclusión que sesentaidós eran completamente independientes, sea del relato mesopotámico, sea bíblico.