jueves, 19 de enero de 2017

LA SITUACIÓN ECONÓMICA 2016 – 2017


ANA MARIA SEGHESSO

 

 

Turbulencia y orden




 Quentin Massys, 1514  


  A menos de cuatro años del comienzo oficial del Ciclo de Aire, previsto para  diciembre 2020 según el ciclo de Júpiter y Saturno, la economía global parece marchar en un clima menos turbulento.


El 2016 fue iniciado en Europa con aprensión por una recesión[1] económica en los EEUU, además de una inquietud creciente por la estabilidad y solidez de la economía china.

Los mercados accionarios reaccionaron a estas temores con una neta desconfianza.
No obstante, en el primer semestre se manifestó un reacción positiva en los países industrializados y un creciente equilibrio de la economía china gracias al resuelto impulso estatal.

También los países emergentes, dependientes del comercio internacional, alcanzaron un cierto equilibrio.

Como consecuencia de la débil coyuntura del primer semestre 2016, la FED se ha mantenido muy cauta en las tasas del interés, que han quedado en sus valores bajos por casi todo el año 2016.[2]

La sorpresa del voto inglés a favor de la salida de la Unión europea, agudizó la prevención por temor a una caída coyuntural.

El Brexit, o salida del Reino Unido de la Unión europea, fue un acontecimiento inesperado, que aumentó el temor de los inversores, por las consecuencias inmediatas, pero sus efectos fueron bien metabolizadas, a punto tal que otros países podrían imitarlo.

La Revolución anual de Europa y la correspondiente al Solsticio de junio, presentan indicios de la inminente separación, con Mercurio en conflicto con Saturno, Júpiter y Neptuno.


Las tasa bajas han favorecido las acciones estadounidenses y de países emergentes, así como las obligaciones con riesgos mayores, que han registrado un importante crecimiento.

Contrariamente en Europa, los mercados han sufrido por las tasas bajas.

En cuanto al 2017, según las progresiones en el gráfico de la Bolsa y las respectivas Revoluciones anuales en EEUU y Europa, podemos conjeturar que al menos en la primera parte del año seguirá la relativa estabilidad de la coyuntura económica mundial, que parece encaminarse a una lenta recuperación.


Una mejoría es probable, en parte por una mayor circulación del dinero proveniente de las familias, en virtud del aumento de la ocupación y en parte por  la disminución, o adecuación de los precios a las restricciones de la crisis. 


Según economistas americanos, a causa de una solidez considerable en la economía y de la inflación, que se está acelerando, se podría alcanzar la meta de la Fed del 2% en el 2017 o 2018. Esto provocaría 2 o 3 intervenciones de las tasas de interés, de leve entidad.


En Europa es posible prever el mismo escenario, el crecimiento vuelve a ser positivo, y es factible un rendimiento accionario moderado, como consecuencia de un alza de las tasas de interés.  

El mejoramiento general será modesto, las bolsas ofrecerán rendimientos muy reducidos, exceptuando las obligaciones de elevado riesgo, que pueden dar beneficios adicionales.


Las bases económicas son de un discreto optimismo, pero con importantes riesgos de tipo político.

La política mundial está en una fase de grandes cambios, sea en EEUU con el nuevo presidente que entra en la Casa Blanca, como en Europa.

En el Viejo continente, las próximas elecciones de Holanda, Alemania y Francia, producirán un año complicado, con el riesgo de fragmentación de la UE, si los movimientos nacionalistas entrarán en gobierno.


Muchos países, miembros de la UE, prefieren en muchos casos, seguir los intereses propios antes que la solidaridad que se habían propuesto. El refrán “La caridad bien entendida empieza por casa” parece muy presente en los electores europeos.

Situación que el nuevo Ciclo de Aire, que está por comenzar, podría incrementar en los primeros años de su apertura.


La situación geopolítica es sumamente incierta, en Medio Oriente como en Ucrania y en zonas de conflicto asiáticas, generando riesgos que seguramente influenciarán en medida determinante el crecimiento de la economía y de los mercados financieros.










ANÁLISIS ASTROLÓGICO

Finaliza el Ciclo de Tierra comenzado en 1842.

En la figura de la Conjunción Mayor europea, Plutón es el eje de la balanza, con sus características de muerte y transfiguración.

El planeta actualmente transita la casa VI de la Conjunción Mayor de Europa, en conjunción con Mercurio y a punto de unirse a Sol-Luna, en cuadratura a Plutón natal y sextil a Urano, en casa IX natal.

El Sol y Urano forman el eje económico, casa II, los recursos y la Bolsa; casa VIII, bancos, reservas nacionales. Los buenos aspectos favorecen el período de relativa calma.

Urano en la carta natal representa los proyectos para el futuro, el estado laico, la tecnología, y se encuentra en sextil con la casa VI, indicando el sector del trabajo, los sindicatos, la policía y el ejército, la industria farmacéutica, la esfera de la salud en general.


El aspecto armónico respalda las previsiones moderadamente optimistas de trabajo y buenos negocios.

Sin embargo, la actual cuadratura de Plutón en tránsito, entre casas VI y X, evidencia un conflicto entre poderes ocultos que no revelan sus verdaderos propósitos.

La casa X simboliza el poder político. La cuadratura Plutón-Plutón[1] alude a conflictos políticos en acto o que están por manifestarse.

Urano de tránsito se encuentra en conjunción con Plutón natal, en el signo de Aries en casa X. 
Es un Urano impaciente por actuar, parece no tener límites a lo que puede concebir en términos de innovación y libertad.

Los malos aspectos de Plutón transitando Capricornio, con la conjunción Urano-Plutón en Aries, ocasionarán conflictos sociales de notable magnitud si su energía no es dominada.  

Saturno de tránsito contrarresta desde Sagitario, interviniendo con un trígono, que debería canalizar la energía.  

Plutón es un planeta que expresa la voluntad de potencia, condensando todos los instintos sin reglas que lo determinan. 

Posee además una energía formidable, que obliga a realizar el destino en conformidad a las tendencias profundas.

Es un justiciero que puede castigar o recompensar, si se lo comprende y se asimilan sus fuerzas secretas. “Energías primitivas que se deben domesticar para evitar ser devorados por ellas”, según A.Barbault.


En octubre 2017 Júpiter entrará en Escorpio y Saturno en diciembre lo hará en Capricornio, reforzando el sector del trabajo y de la economía.

Saturno en sus tránsitos obliga a estructurar una situación, es el esqueleto óseo, frenando el impulso de Urano, dominando su brío. Su tránsito es la muerte de algo o de alguien. 

En su aspecto negativo significa frustración, en su aspecto positivo, despojarse del exceso para acceder a un nivel superior. Saturno es ambición y voluntad para alcanzar un objetivo.

Es el planeta del destino final de este Ciclo de tierra, que exige el esfuerzo de una toma de conciencia colectiva, que se desplegará en el Ciclo de Aire de 2020.




 







[1] Plutón cuadrado a Plutón origina la baja del precio del petróleo, entre otros efectos.











































[1] Se considera que la recesión aparece cuando el Producto Interior Bruto (PIB) desciende al menos dos semestres consecutivos. Es el nombre que se da a la disminución de la actividad económica de un país.
[2] El Sistema de la Reserva Federal es el banco central de los Estados Unidos.